Pasen los años que pasen, Frozen sigue estando de moda y una fiesta como ésta es de agradecer. En primer lugar porque no es una princesa rosa y la temática que envuelve este tema da mucho juego.
Para esta ocasión se optó por diferentes tonos de azul y blanco. Como fondo una cortina de tul con muchos copos de nieve colgados del techo para dar esa sensación helada. Unas ramas de árbol pintadas de blanco y purpurina, unos arbolitos hechos con cápsulas de magdalenas y los muñequitos de la película completaban los elementos decorativos de la fiesta.
La tarta era una carrot cake decorada con chocolate azul y copos de nieve en fondant. Porque algunas veces lo más sencillo es lo más resultón.
Topiario de chuches, limonada azul, gelatina, chocolatinas, cupcakes, palomitas, piruletas y galletitas saladas formaban parte del menú o en este caso el «aperitivo», porque después venía la merienda salada.
Me gusta mucho la idea de incluir elementos salados en las mesas dulces, porque a no todo el mundo le gusta el dulce o prefieren algo salado, por eso en nuestras fiestas hay que dar cabida a todo el mundo.
Una buena manera de que tus invitados rememoren vuestras fiestas es incluyendo unas bolsitas en las que cada uno pueda llevarse lo que más le haya gustado o lo que quiera. También podemos prepararlas con antelación metiéndoles algún detallito para llevarse a casa.
Espero que hayáis disfrutado de este viaje por el reino de hielo de las Frozen.